ADMONICIONES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS II.
Actualizado: 27 nov 2021
Son un total de veintiocho escritos, a los que se añade el Diálogo de la verdadera Alegría, nacidos de las enseñanzas de Francisco a sus hermanos.
En ellas se nos muestra como un verdadero maestro espiritual conocedor experimentado de la vida en el Espíritu y de los entresijos del corazón humano. Pero es un maestro que no quiere ser maestro, pues el único Señor y Maestro es Cristo. Su pretensión es que cada hermano, cada creyente, se decida personalmente por la vida espiritual, asuma su propia responsabilidad, tome las decisiones pertinentes y actúe en consecuencia.
En ellas revela una profunda lucidez evangélica, fruto de su encuentro con la Palabra viva, hecha carne en Jesús, y de la experiencia vivida por él personalmente.
Decían que estaba loco, y él lo reconocía, pues le movía la loca pasión por seguir las huellas de nuestro Señor Jesucristo. Comprendió que la fuerza de Dios consiste en lo que humanamente no cuenta. Y él era pobre, humilde; algunos piensan que ingenuo...
Pero un ingenuo al que nadie podía engañar, pues sabía leer en profundidad los acontecimientos y el interior de las personas.
Sin pretenderlo, alcanzó la gran sabiduría del discernimiento cristiano, uniendo experiencia de Dios y existencia. Francisco es también un experimentado realista.
Son muchos los temas que discurren por esta joya de espiritualidad: la
bienaventuranza, la alegría, el amor, la sencillez, la Eucaristía, el misterio cristiano, el seguimiento de Jesús, los frutos del Espíritu.
Pues a esto se reduce la vida del creyente, como escribe en la Regla que
profesamos los hermanos: Tener el Espíritu del Señor y su santa Operación.
Fr. Carlos Bermejo, ofm.
