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JESÚS EL POBRE


Jesús es el pobre, el pobre no necesita nada, vive totalmente desprendido de todo, porque su pobreza consiste en estar lleno de Dios.


San Francisco de Asís es otro pobre, amaba la pobreza porque quería igualarse al pobre de Jesús. Cuando se descubre pobre ante su Padre Dios, se desnuda, se desprende de toda riqueza material y mundana, porque sabe bien que para estar lleno de Dios necesita “ser un pobre”.


San Juan de la Cruz es el hombre de la “nada”, porque para llegar a Dios hay que estar desprendido de todo lo que no sea Dios. En la nada del ser, Dios toma posesión de la persona y la enriquece con su Todo, que es la presencia de Dios.


Mira a María, es la esclava del Señor, ser esclava significa ser la “servidora”, la que ama en verdad, la que ha puesto toda su confianza en Dios-Amor, es la que vive de Dios, en pobreza, obediencia, y en la nada de su ser, porque está llena del Espíritu de Dios.


Estamos invitados a ser “pobre y nada”, para que en verdad pueda vivir, habitar, amar y estar Jesús presente en nuestras vidas.

Tenemos que dejar que sea el Espíritu Santo quien nos invada con su presencia, tenemos que dejar todo para llenarnos de Dios.


Seguimos caminando, haciendo camino con la hermana pobreza, con “Jesús”, que viene al mundo siendo un pobre, porque cuando llega al mundo siendo un niño indefenso, es rechazado por muchos, “porque vino a los suyos, y los suyos no le recibieron”.


Estamos a tiempo, podemos recibir, acoger, amar, abrazar al hermano pobre, al Niño Jesús, que llega y viene para quedarse a vivir en nuestro corazón, en nuestras vidas, pero es necesario preparar la posada, tu lugar, tu espacio, tu interioridad, tu casa, tu persona, todo tu ser, para que, cuando Jesús Niño llegue a ti, encuentre un corazón dulce, lleno de paz, amor y con muchas ganas de abrazarte a él, y jamás dejar de amarlo porque ÉL TE NECESITA.


Marlene Suárez Francia




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