SANTA TERESA DE JESÚS, LA SANTA AMIGA
Es una gracia encontrarse con paisajes del alma, de la naturaleza. Algunos siempre son llamativos, extraños, fascinantes.
Quien se halla con los escritos y obras de santa Teresa, de pronto encuentra algo raro, fantástico, alucinante. Es un alma, llena de humanidad por todos los lados, quien se asoma en cada página. Directamente habla, muestra, dice. Y todo lleno de verdad, pues “nunca es mentirosa”.
La verdad la aprendió en casa, de las maneras de su padre, y ahora recibe la verdad de Cristo. Así se le muestra. En las figuras mismas, en las alegorías, todo está expresando una vida verdadera, cercana, real.
Si un tema verdadero, experimentado, corre por su pluma es el de la amistad. Cristo es Amigo. La oración es tratar de amistad. Es una gracia, un modo sabio, el convivir con saber quien nos ama. Y en la proximidad y vivencia “el amor saca amor”.
No es el mundo contemplativo fuera de la realidad, de la corporeidad, de la Humanidad. “No somos ángeles”.
Cuanto más aprendemos en los escritos sobre oración, moradas, fenómenos, gracias, más descubrimos el mundo real de la amistad, de la familiaridad, de la proximidad. “Cabe sí”, junto a ti debes considerar y vivir la Amistad de Jesucristo. Y desde esta proximidad nacen todos los amores verdaderos y estables.
¡Cuántas amistades en la vida de Teresa! Necesitamos amigos fuertes de Dios, los que no faltan nunca, no rompen los lazos. ¿Aún no sabes que los mejores amigos los da Dios?
Grandes afectos sirven para llevar grandes trabajos. Gran amistad con Dios, empuja a la misión universal y ofrenda de la vida. Precio de la amistad verdadera con el verdadero Amigo “que siempre permanece fiel”.
Busca grandes amadores, a los santos, para vivir en la Amistad y en la evangelización. Amistad en la verdad y Verdad en la Amistad.
Fr. Victorino Terradillos